viernes, 25 de noviembre de 2016

Sin TRA a la vista

Pues hace ya tiempo que no escribo, pero es que quería tener cosas que contar... ¡y ahora tengo un montón!

Creo que lo último que conté es que estaba tomando la píldora durante un mes para después hacer una IA en la SS. Pues bien, aquel mes con píldora fue rarísimo. Tuve la regla en mitad del ciclo, mientras tomaba los anticonceptivos. Fui al médico para preguntar si era normal y, aunque no lo era, me dijeron que terminase la caja. Después volví por allí con la caja vacía y las esperanzas llenas. Me hicieron una eco y... ¡sorpresa! Dos folis en un ovario y ni rastro del residual. ¡Ole, ole! Me citan para hacer un control una semana más tarde y, cuando voy... ¡jarro de agua fría! No sólo no ha crecido nada de nada, es que directamente no se ve nada en mis ovarios. Me empiezan a soltar indirectas de que no me van a poder hacer la IA, pero bueno, me dan una última oportunidad: tengo que volver en 10 días para ver si aparece algo por arte de magia. Pero claro, la magia, en el cine. En mi cuerpo, todo seguía igual. ¡Qué bajón! Me dicen que me olvide de las IA, que no tiene sentido y que yo tengo que ir a ovodonación sí o sí.

Me fui de allí con el alma en los pies, claro. Lo de la ovo no me parecía tan mala idea hasta que ya tuve que asumir que era mi única opción. Entonces me empezó a entrar pánico y una resistencia brutal. ¡Yo ya había conseguido embarazarme una vez con mis óvulos y me negaba a pensar que no podría hacerlo de nuevo! Y eso que en la SS me repitieron hasta la saciedad que aquello fue una potra increíble y que los milagros no suelen repetirse...

El caso es que, como último intento desesperado, decidí ir a una doctora en Valencia que me habían dicho que estaba especializada en casos difíciles. Nada más ver las ecografías de mi embarazo, dijo que era evidente que el embrión estaba mal y que aquel embarazo no iba a salir bien. Yo aluciné porque nadie me había dicho durante el embarazo que tuviera mala pinta, pero por otra parte me dio una paz inmensa tener por fin una explicación oficial del aborto.

Y lo que nos dijo fue lo siguiente: tu laboratorio en vivo (o sea, mi cuerpecillo) funciona, así que dale la opción de que lo vuelva a conseguir. Ahora bien, por culpa del x-frágil vas a tener que asumir que puede que sufras abortos de repetición hasta que ovules un ovocito sano. Daos un año antes de "rendiros" y pasar a ovo.

Luego me hizo una eco y, ¡adivina! Resulta que donde hace una semana no había nada en los ovarios y el endometrio estaba lineal, ¡ahora había un ovocito de 18 mm y un endometrio de 10! Y en la SS me habían dicho que no tenía ningún sentido seguir insistiendo porque ahí ya no crecía nada... ¡En fin!

Pues con ese diagnóstico nos volvimos para casa: dispuestos a darnos un tiempo más, pero con la casi certeza de que tendré que volver a pasar por más abortos. Me alegra tener un poquito de esperanza, pero me da miedo sufrir más pérdidas. No obstante, vamos a hacerlo: vamos a darnos tiempo y veremos lo que nos trae la vida.

miércoles, 26 de octubre de 2016

Mente demente: Supersticiones y otros pensamientos que hacen pupa

Hace cinco años estuve de viaje por Perú. Fuimos a visitar el Valle Sagrado de los Incas. Allí había una fuente que manaba agua directamente desde el interior de la montaña. El guía nos contó que había una leyenda sobre esa fuente que decía que si tocabas su agua con la mano derecha, te mantendrías joven y si la tocabas con la izquierda, serías fértil. Yo decidí que necesitaba alargar mi juventud y metí toda la mano derecha. De la izquierda sólo mojé la punta del dedo pequeñito porque, claro, con 27 años yo sólo quería ser fértil "lo justito", no quería ni oír hablar de bebés.

Aquí, la prueba del delito:
Hoy, no sé por qué, me ha venido esta anécdota a la cabeza y me he sentido culpable por haber hecho esa tontería hace años. ¡Como si mi infertilidad la hubiera causado yo jugando con una leyenda!

No sé qué extrañas conexiones hace nuestro cerebro, pero a veces parece diseñado para fastidiarnos. ¿A qué viene acordarme ahora de algo que ocurrió hace años y en lo que no había vuelto a pensar?

Si lo analizo fríamente, sé que la idea es una tontería, claro. Mis genes son los que son desde que nací, y ellos han provocado mi infertilidad, no una maldición inca. Sin embargo, hay veces durante esta lucha por crear vida en que los pensamientos negativos te arrastran sin remedio: no voy a poder, me voy a arruinar en el intento, aunque consiga fecundar fijo que luego no agarra, si agarra fijo que luego no aguanta, etc.

¿Por qué nos haces esto, cerebro? ¡Se supone que jugamos en el mismo equipo! Pero por más que intente ser positiva, esos pensamientos siguen apareciendo sin parar, como intentando boicotear lo poco bonito que puede tener un proceso de reproducción asistida, que es la ilusión de imaginar que algún día funcionará.

La mente es nuestro peor enemigo y nuestro mayor aliado al mismo tiempo. Ahora "sólo" me queda entrenarla para que deje de torturarme con ideas que hacen pupa al corazón. ¡Se admiten consejos!

¿Y vosotras? ¿Tenéis alguna superstición o ritual de buena suerte para vuestros procesos de repro? Veo mucho por Twitter lo de los calcetines, pero os confieso que no termino de entenderlo. ¿Son para tener suerte o para que no se congelen los pies en el quirófano?

viernes, 7 de octubre de 2016

Quien espera, desespera. IAC a la vista.

Todas las chicas de la #infertilpandy han tenido que trabajar su paciencia hasta límites insospechados. Cuando empiezas en esta movida ya te avisan de que se prolonga mucho y que el tiempo se hace laaaaargo, largo. Todo cierto. Echo la vista atrás y veo que hace casi un año que empezó nuestro periplo. "Sólo" un año, algo que a algunas compañeras guerreras seguro que les parece hasta poco, teniendo en cuenta todo lo que llevan ellas a sus espaldas. Se merecen todos mis respetos, mis valientes, que además siempre tienen preparada una palabra amable para animar a las demás. Gracias, chicas. Me hacéis recuperar la fe en la humanidad. ¡Esa pandy, cómo mola, se merece una ola! ¡Ueeee!



El caso es que, para mí, este año ha sido eterno aunque, al mismo tiempo, se ha pasado volando. Los días pasan muy muy muy despacio, pero el estar con la cabeza tan metida en estos temas hace que te pierdas otras muchas cosas, que pases por ellas de puntillas y casi sin enterarte, y el tiempo no cunde, no es de calidad. Me cuesta explicarlo, pero seguro que alguna hay por ahí que entiende a lo que me refiero.

En este último ciclo, la regla se me ha atrasado cosa mala. Ha sido un ciclo de 42 días desesperantes. Cualquier ciclo largo lo es, pero cuando estás pendiente porque esa regla que no llega marca el inicio de algo que esperas con ansia, entonces sí que se te hace eterno de verdad.

En nuestro caso, el 1 de octubre marcaba el final del tiempo que hay que esperar tras ponerse una vacuna para volver a la carga. Como vamos a seguir intentándolo unos meses por el método "diver", mirábamos al 1 de octubre con una mezcla de ganas y lascivia que pa' qué.



Pero también necesitábamos que llegara esa regla porque sería el día en que en la Seguridad Social nos iban a decir si nos admitían o no para una inseminación artificial: resulta que el día que fui a recoger los resultados de los análisis (mi FSH se ha disparado con respecto a la de noviembre), me dijeron que no era candidata ni a FIV ni a ovo, así que me dejaron chafada, pero les rogué muy muy muy mucho que si no podrían hacerme aunque fuera una IAC en ciclo natural. Me dijeron que tenían que consultarlo con el equipo y que volviera con la regla para que me dieran una respuesta. Esa regla que no llegaba, no sólo estaba retrasando muchos polvos legendarios sino también el saber si tendría esa pequeña oportunidad.

Y se hizo de rogar, pero al fin llegó. La recibí alegre y retorcida de dolor (¡cuanto más tarda, más me duele! ¡¡Es como si quisiera recuperar el tiempo perdido, la jodía!!) y puse rumbo al hospital. Allí me confirmaron que sí, que me harán una IA (¡ole, ole!), pero en la eco vieron que tengo un "residual" en el ovario, lo que parece un resto de una ovulación anómala (¿yo? ¿Ovulación anómala? ¡Amos, anda!). Así que ¡a seguir esperando! Este ciclo tomaré anticonceptivos para "limpiar" bien todo el sistema y asegurarnos de que el siguiente ciclo empieza todo de cero y sin ningún problema. Y entonces sí, entonces nos enfrentaremos oficialmente a nuestro primer tratamiento de reproducción asistida. ¡Crucemos los dedos!


lunes, 5 de septiembre de 2016

Las novedades en el frente

Tras estos dos meses de verano, aquí las novedades que traigo:

Me vacuné de la rubeola y, de paso, me recomendaron que lo hiciera también de la varicela, así que he acabado el verano con el brazo como un colador, pero con la satisfacción del deber cumplido. Desde la última dosis tenemos que dejar pasar al menos un mes antes de volver a intentar el embarazo, así que en octubre se irá el calor (esperemos) y nosotros volveremos a la carga.

Sin embargo, sí ha habido algo de información nueva, que no buena, en todo este asunto. El día 1 de septiembre tuvimos cita en reproducción asistida de la Seguridad Social y fuimos para conocer nuestras opciones, que resultaron ser muchas pocas ninguna.

Parece ser que tengo muy pocos óvulos para ser candidata a una FIV (me van a repetir el análisis de la AMH, pero sin muchas esperanzas), pero demasiados para ser candidata a una ovodonación (el criterio de mi hospital es que tendría que llevar un año entero sin tener la regla para poder entrar en esa lista de espera de unos 10 meses, y todo esto antes de cumplir los 35, así que ya llego tarde porque, me guste o no, yo sigo teniendo mis reglas con más o menos puntualidad).

Una información sorprendente con la que salimos de aquella consulta fue, sin embargo, la siguiente: por lo visto, mi fallo ovárico precoz ha hecho que mis óvulos no sólo sean pocos, sino también viejos, así que mi probabilidad de aborto a mis 33 primaveras es tan alta como la que tendría si tuviera 40 y tantos tacos.
"Esto, sumado a mi x-frágil, me hacen echarme un poco para atrás a la hora de querer volver a intentarlo de manera natural", le digo a la doctora. "Quizá sería mejor ir directamente a ovo y asegurarme de que le doy a mi descendencia unos genes estupendos. Porque los óvulos de las donantes son estupendos, ¿no?". Y ahí fue donde me enteré de que a los óvulos donados se les analiza de muuuuuy poquitas cosas, así como de tres o cuatro, y el resto se basa en confiar en que la donante ha dicho la verdad en su cuestionario sobre tabaco, alcohol, drogas, antecedentes familiares de enfermedades, etc.

¡Bombazo informativo el que nos cayó encima! O sea, que si yo ahora pago seismil machacantes en una clínica privada, pensando que me van a dar al Brad Pitt de los óvulos, ¡igual me toca el Paco Martínez Soria! ¡Toma negocio!

De verdad que a veces pienso que todo esto no son más que señales de que no debo reproducirme...

martes, 21 de junio de 2016

Una serie de catastróficas desdichas

Veo que hace más de dos meses que no publico nada en este blog. Dos meses en los que han pasado una de cosas que abruma sólo pensarlo...

En la consulta con el médico en la que me mandó hacerme el carísimo test genético, también me advirtió de que tengo muy poquitos anticuerpos de rubeola y convendría que me vacunara y esperase tres meses antes de buscar embarazo. Además, teníamos que esperar a tener el resultado del x-frágil, así que nada de hacer "búsquedas de bebé" por nuestra cuenta, por si acaso. ¿Y qué ocurre cuando te dicen que no debes hacer algo? Exacto, ¡que te apetece hacerlo! ¡¡Y mucho!! Y, total, ¿qué va a pasar? Si me quedan tres ovulitos contados en los ovarios y conseguirlo de manera natural tiene muy pocas probabilidades.

Pues, spoiler alert, pasó. Pasó. El milagrito pasó. Mi marido, alias el francotirador, acertó de pleno en el solitario ovulito que por obra y gracia del Espíritu Santo me salió de un ovario ese mes.

A los pocos días de disfrutar del meneo, nos llegó el jarro de agua fría: soy portadora del x-frágil, una anomalía en el cromosoma X que se va incrementando de generación en generación y puede llegar a provocar graves retrasos mentales. El mío está pre-mutado, por lo que mi único síntoma es, precisamente, el fallo ovárico precoz. Pero podría ir a peor en mi descendencia. Podría ser, también podría no ser: he aquí el macabro juego de azar ante el que nos encontramos cuando, no habiendo aún digerido la noticia de mi carga genética chunga, me veo ante las dos rayitas del pipitest, sin dar crédito a que esto nos esté pasando.

No había terminado de asumir que iba a tener muchas dificultades para concebir, y ahora tengo que asumir que lo hemos conseguido. Pero ¿puedo alegrarme por ello? ¡No! Porque en el cara o cruz del reparto genético, no sé lo que le habré pasado a mi churumbel.

Comienza el periplo de médicos, genetistas, por la pública, por la privada y bien de consultas a Santa Google, que todo lo sabe y todo lo explica. Durante todo ese tiempo, el embarazo sigue adelante y, para cuando ya hemos arrojado luz sobre el camino que seguiremos (haremos una biopsia corial en la semana 11 o 12 de embarazo para determinar si el bebé tiene o no la enfermedad), al fin llega la calma y la felicidad por haber conseguido lo imposible: mi milagro.

Una de las épocas más felices de mi vida.

"No te encariñes", me decían voces sabias. Muchos embarazos terminan en aborto, muchísimos, muchos más de los que creemos. Yo lo sabía, pero también sabía que el mío no iba a ser uno de ellos. ¿Cómo iba a serlo, si era un milagro? Imposible. Lo sentía en lo más profundo de mi ser: todo iba a ir bien.

Pues no.

A las 7 semanas tuve un aborto tan espontáneo e inesperado como lo fue el embarazo. Y sólo en otra ocasión de mi vida me había embargado una pena tan inmensa: cuando perdí a mi padre. Y ahora he perdido a mi hijo. Porque, sí, para algunos ese montoncillo de células no era más que eso, carga genética probablemente desordenada e imperfecta, pero para mí era mi bebé, mi milagro, el que iba a capear todos los temporales que se le pusieran por delante porque ya había hecho lo más difícil: existir contra todo pronóstico.

De ese fatídico día hace hoy un mes, un mes en el que no se me ha ido de la cabeza ni un solo día. Poco a poco voy remontando, hago meditación, me he apuntado a boxeo... Todo con tal de salir del pozo en el que me había hundido, todo con tal de seguir adelante y volver a intentarlo.

Esta vez sí me dará tiempo a vacunarme de la rubeola antes de volver a la carga, así que es una suerte que los tres meses de "estar en el banquillo" caigan justo en verano. Intentaremos disfrutar de las vacaciones y de la vida y, con la vuelta al cole, nosotros volveremos a la carga. Esto nos ha dado esperanzas de volver a conseguirlo de manera natural. Pero somos conscientes de que es muy difícil que se repita el milagro, así que nos damos 6 meses de plazo para conseguirlo y, si al final no se puede, volveremos a la rueda de la reproducción asistida.

Qué pena que no haya sido un post divertido. Espero que los ánimos vayan volviendo y que pueda seguir contando novedades con algo más de buen humor.

Gracias a todas por estar ahí, luchadoras, guerreras, valientes y bellas mujeres.

jueves, 14 de abril de 2016

Saca tú la Visa, que a mí me da la risa

La primera "gracia" fue enterarse del problema. Ahí es donde te empiezas a reír, pero cuando en el seguro me dijeron que no me cubren nada de reproducción asistida... ¡tronchante, oiga!

Llegamos al hospital a sacarnos sangre para los miles de análisis que nos mandaron.

En la puerta, nuestra conversación:

Yo: Oye, pues si son muy caros los análisis genéticos, yo paso de hacérmelos.
Marido: No digas bobadas. Hay que hacerlos y se hacen. Tampoco creo yo que vaya a ser una burrada...
Yo: Bueno, es que si nos dicen que son 50€, pues vale, pero imagínate, ¡qué se yo! Imagínate que nos dicen... ¡500€! Por decir algo... Cariño, ¡que sería mucha pasta!
Marido: Amosapadentroaverquépasa




Oye, ¡pues que podría ganarme la vida como vidente! ¡500€ clavaos! (150€ por el cariotipo y 350€ por el x-frágil). Mi cara cuando me lo dijeron, un poema.






Y este es el vídeo que, para reírnos un poco de nosotros mismos, estuvimos viendo en bucle aquella tarde:

Igual, oyéndolo muchas veces, conseguimos hacernos a la idea...

sábado, 5 de marzo de 2016

Demasiada información marea mogollón

El día 3 de marzo fuimos a la primera consulta con un especialista en reproducción asistida. 

Le llevamos los análisis y nos hizo una historia completa, tanto a mi chico como a mí. A mí, además, me hizo una ecografía en la que se confirmaba lo que decían los análisis: baja reserva ovárica (fallo ovárico precoz). Concretamente, en un ovario sólo se ven dos folículos y en el otro parece que uno, aunque no se veía bien porque había una mancha oscura que puede ser un mioma o un folículo lleno de sangre que haya ocurrido por una ovulación rara. El endometrio estaba con aspecto de estar a punto de ovular, pero por fecha (día 35 del ciclo) debería estar a punto de tener la regla. Vamos, que está todo descontrolado.

Nos explicó que lo único bueno en este caso es mi edad, 32. Es relativamente pronto, así que nos aconsejó darle algunas oportunidades a la inseminación artificial, siempre y cuando los análisis de Edu salgan bien. La idea es tomar medicación para subir la FSH (aunque no será mucha porque mi FSH ya está bastante altita) y conseguir así ovular (porque ahora mismo ya ni sé si ovulo o no). 
No nos recomendó, de entrada, la fecundación in vitro porque al ser tan poco lo que hay en el ovario, sería muy difícil de “pescar”.

Nos dijo muchas muchas muchas cosas, y no recuerdo todas. Iré añadiendo más a medida que me acuerde, pero algunas de las cosas que nos dijo fueron:
  • Que mi reserva ovárica probablemente comenzó su caída ya hace tiempo. (Ojalá lo hubiéramos sabido antes, para ponernos antes "al lío").
  • Que voy a tener menopausia precoz, seguramente no llegue ni a los 40. Esto implica tener que tomar hormonas hasta aproximadamente los 50 años para evitar problemas óseos, de corazón, etc. ¡Estupendo! Medicación constante durante casi 20 años. El sueño de cualquiera...
  • Que la apendicitis que tuve de pequeña puede haber afectado al ovario y/o a la trompa derecha. Por eso, si las pruebas de Edu salen bien y empezamos con la IA, antes tendré que someterme a una histerosalpingografía para descartar que haya problemas de permeabilidad en las trompas.
  • Que tengo un ovario (creo que me dijo el derecho) mucho más pequeño de lo normal (si lo normal son unos 4 cm el mío mide unos 2 cm).

Nos ha dado volantes para hacernos mil pruebas:
  • Para los dos: cariotipo en sangre periférica (prueba genética). 
  • Para mí sola: mutación de X-frágil.
  • Para los dos: HIV, hepatitis B y C, sífilis.
  • Para mí sola: toxoplasmosis, rubéola, grupo sanguíneo, RH, etc.
  • Para mí sola: varias hormonas, entre ellas la betaHCG (la del embarazo).
  • Aparte, ya teníamos los volantes correspondientes para que Edu se haga el seminograma con REM, que será lo que nos dé la pista definitiva de si pasamos directos a donación.
Si las pruebas genéticas me salen mal, directamente tendríamos que ir a donación de óvulos, ya que, de usar mis óvulos, podría transmitirles a mis hijos ciertos problemas. (Y digo yo: ¿y si me llego a quedar embarazada de manera natural? ¡Entonces no lo sabríamos y les transmitiría estos problemas! Menuda gracia...)

Salí de allí con la sensación de que había sido todo muy rápido (¡aunque estuvimos como una hora!), que nos había dado mucha información en muy poco tiempo. Y, sobre todo, salí de allí medio mareada y no habiendo entendido casi nada. Por suerte, he encontrado un grupo en Twitter de chicas en situaciones parecidas, la #infertilpandy, y sé que les puedo preguntar lo que necesite, que ellas me ayudarán a entender esta locura en la que nos hemos metido.

El lunes iremos a la compañía de seguros para autorizar las pruebas genéticas y, de allí, a hacernos los análisis. Los resultados tardan como 20 días, así que tendremos que tener paciencia. El seminograma se lo harán el día 23 y tardarán un par de días más en darle los resultados, así que calculo que la próxima cita con el médico la tendremos como por el 30 o 31 de marzo. ¡Menuda espera!


Tengo mucho nerviosismo interno y yo creo que lo voy a tener ya indefinidamente. A ver si retomo la meditación...  

Tenía la intención de escribir el blog en tono de humor pero, fíjate, no me ha salido. Igual necesito más distancia para que me salga la chispa. A lo mejor debería escribir las entradas cuando haya pasado más tiempo, nosénosé...

Ahora toca investigar más y más para tener las cosas cada vez más claras. ¡Y bañarme en tila!

miércoles, 24 de febrero de 2016

¡Sorpresa! Tu ovario es una fresa

Mi ovario es una fresa, o una piedra, o cualquier cosa que no produzca ovulitos, que es de donde salen los bebés (biología básica).

Resulta que en noviembre fui a la ginecóloga porque llevaba una temporadita de ciclos menstruales de locos: que si 31 días, que si 25, que si 44... Vas ahí, con toda tu buena voluntad, esperando que te digan que es por estrés y sales con un volante para hacerte unos análisis de sangre. Bueno, venga, vale, me van a confirmar mi nivel de estrés en sangre. Vas, te sangran, te analizan y te dan cuatro hojas llenas de números que no sabes ni por dónde coger (agarrar, si me lees desde América Latina).

Vuelves a la doctora (que me da mucha rabia llamarles doctores sin saber si han presentado su tesis, que deberíamos llamarles sólo médicos, pero en fin...), le enseñas los papelotes y ahí empieza la fiesta. Tremenda la cara de culo que pone al interpretar los numeritos y la que se te pone a ti al oír las conclusiones: que si esta hormona está muy alta, que si la otra está muy baja, que la cosa está jodida fastidiada con j. ¡A repetir análisis!

Mi marido y yo (porque tengo la suerte de estar acompañada en este asunto, que las que lo hacen en solitario llevan toda la carga solitas. Respect!) salimos de la consulta con las piernas temblanderas, sin saber ni qué decir. Él con un volante para hacer un seminograma (a ver si resulta que su huevera también va a tener que hacer un diario como este), yo con los ojos como platos y los dos con la congoja del "se nos pasó el arroz". Y, como somos así, haciendo chistes sobre la cantidad de dinero que llevamos gastada en condones.

Capítulo aparte merecería el tacto con el que la señora nos informó del asunto. Quizá algún día.

De momento, los datos: siglas, nombres raros, más siglas y miedito.
- FSH en 16 y pico. ¿Y eso qué es? Me dice que es una hormona y que por encima de 10 hace muy difícil la concepción. Pero bueno, es un valor que puede variar de un ciclo a otro y aún hay esperanza. Repitamos los análisis, a ver qué pasa.
- HAM en 0,015. ¿Y esto otro? Pues otra hormona, conocida entre sus amigas como la Antimulleriana. Por debajo de 0,3 lo consideran indetectable (¡Y mi valor es 20 veces menor! ¿Cómo la han detectado?), vamos que no tengo ná de ná. Conclusión: potencial de fertilidad ovárica nulo, o séase, mis ovarios están en huelga (¡pues bien que me siguen jodiendo fastidiando con j todos los meses con la regla, los muy cabrones asquerosos!)

No me apetece que las entradas de este blog sean muy largas, que me va a dar pereza escribirlas y a vosotros leerlas, así que una pausa para publicidad y ya continuaré con el diario de mi ovario (que ni será diario ni lo escribirá mi ovario, pero el nombre tiene gancho, ¿no?)

Comenzando

Te pasas la vida preocupándote e informándote sobre cómo NO quedarte embarazada y, la verdad, nunca se te ocurre pensar en que, cuando quieras tener un bebé, tu cuerpo no va a ser capaz de conseguirlo.

Todos hemos oído historias de esas mujeres que no pueden tener hijos, pobrecitas. Pero siempre te imaginas que es porque han tenido algún problema o porque son muy viejas o algo de eso. ¿Y qué pasa cuando a los 32 años te enteras de que tus ovarios funcionan peor que los de tu abuela?

Pues para eso estoy aquí, para contar que eso es justo lo que me ha pasado a mí. Con suerte, a lo mejor a alguien le sirve mi experiencia como consuelo, como aviso o como lectura ligera.

Bienvenidas y bienvenidos a este blog, el diario de mi ovario, ese ovario cacho vago que se ha declarado en huelga antes de tiempo.